Bautizos: al servicio, no al capricho

¿Y qué tienes tú que hacer un sábado por la mañana? Esto me soltó hace apenas unos días un joven padre de familia. Es el momento de bautizar al niño y comienzan los problemas: quiero el bautizo de mi niño solo, nada de una celebración colectiva, un sábado por la mañana y con misa.

Con todo el cariño del mundo le respondes que la parroquia tiene su propia programación de los bautizos, en nuestro caso los hacemos cualquier sábado por la tarde, que si varias familias eligen el mismo sábado se hará una celebración común, y que son sin misa, entre otras cosas porque celebramos no menos de seis a lo largo del fin de semana amén de bautizos, bodas a lo que pueda surgir, y porque tenida cuenta de que a los bautizos vienen muchos escasitos de práctica si no de fe, pues no viene a cuento. Otras parroquias vecinas los tienen en sábado por la mañana o domingo tarde.

Imposible. El niño es mío, yo decido momento y modo, y usted como es el sacerdote, y está para servir, y el sábado por la mañana no tendrá tanto que hacer, se aviene a mis deseos.

La culpa la tenemos fundamentalmente los curas que hemos tenido momentos en los que con la cosa de que estamos para servir, hemos acabado no al servicio, sino al capricho del personal. Cuántas misas “especiales” no nos han pedido por las razones más nimias y en las circunstancias más disparatadas: los ochenta años de la abuela, el cumpleaños de papá, el encuentro de las antiguas alumnas de las madres gundisalvas, el día de San Apapucio del que son tan devotas las hermanas, la excursión de los niños.

Nos piden además el bautizo del niño en el arroyo del pueblo, la boda en lo alto del picacho, la comunión de Vanessa en el jardín y de paso bautizamos al primo Jonathan. Momentos hubo que por la cosa del favor, de quedar bien, de la disponibilidad y el servicio, se han hecho muchas tonterías, muchas veces además víctimas de las maniobras arteras de la familia. Que si usted nos bautizaría al niño en el jardín, que el párroco dice que no hay problema. Y al párroco: que si a usted le importaría que bautizáramos al niño en el jardín, es que D. Fulano dice que si usted lo autoriza, por él vale. Líos…

¿Caprichos en bautizos? Todos… Manolo quiere que bauticemos al niño por la mañana porque sus suegros son de Palencia y la madrina de Almendralejo y luego tienen que viajar. Juani dice que por la mañana de ninguna manera, porque en ese caso tiene que dar comida y le sale por una pasta. Alfonso que en sábado se niega, porque sus hermanos se dedican al comercio y cerrar un sábado es perder mucho. Pero es que la familia de María tiene dos restaurantes y no van a cerrar el fin de semana, así que mejor día de diario. Y Paco, que tiene vacas, dice que le da igual, pero antes de las seis, que luego se tiene que ir a ordeñar. ¿Qué haces?

Pues haces lo que crees que tienes que hacer: acoger a los padres con cariño, alegrarte por el hijo que acaban de tener, preparar el bautizo con ellos lo mejor que puedes y celebrarlo según lo que la parroquia tiene establecido.

Pues me da igual, dice el papá de Gustavín. Mi niño en sábado por la mañana, solo, con misa. Y usted lo hace que para eso está al servicio y para facilitar cosas, y encima contento de que bautice al niño.

Y en ese momento es cuando te entran unas ganas de mandarle a… Pero te aguantas, porque estás para servir y eres el cura. Pero te entran unas ganas…

Esta entrada fue publicada en Celebrar la fe. Guarda el enlace permanente.

3 respuestas a Bautizos: al servicio, no al capricho

  1. Myrian dijo:

    En la parte occidente de Asturias tenemos mucha falta de sacerdotes, cada uno tiene que llevar a veces más de seis pequeñas parroquias, a veces bastante separadas unas de otras por lo que hace mucho que no se pueden hacer los eventos «a la carta». Lo malo de esto es que las prebendas sean solo para unos pocos, entonces es cuando surgen los problemas. Pero si existen unas normas para todos igual, todos acatamos y nadie se queja porque entendemos que asi debe de ser. Lo más justo y sencillo es hacerlo así, sin excepciones, porque si no o pisas o te pisan, no hay intermedios, las personas somos a veces un poco difíciles de contentar y lo peor es que a veces lo que menos importa es el Sacramento que se va a recibir, que es lo más lamentable. Saludos

  2. maribelad87 dijo:

    «El niño es mío», Esta frase me produce escalofrios porque un niño es un ser libre, nadie es su propietario. Los padres tienen su guardia y gustodia, pero no son sus dueños. Por desgracia muchos piensan así, son dueños de la vida de sus hijos….
    Un abrazo
    Maribel

  3. Ana azul dijo:

    Y ese padre ¿cuántas veces va luego a misa llevando a su hijo para que se acoja a la fe que ha profesado? Me temo que pocas, muy pocas
    Ana

Los comentarios están cerrados.