Lázaro: apostar por la vida

 

Ayer la liturgia del domingo V de cuaresma nos ofreció el texto evangélico de la resurrección de Lázaro. Y aproveché para hablar a mis feligreses de cómo entiende la iglesia católica eso de la vida humana.

Hablé de tres niveles.

El primero, elemental, el derecho a la vida de todo ser humano desde el momento mismo de su concepción hasta su fin natural. Que el primer derecho que posee uno es a nacer y a vivir. Y que había que reafirmarlo habida cuenta de que se va encontrando uno a catoliquitos despistados que en aras de supuesta misericordia con la madre justifican que nos carguemos al hijo que va a nacer. Lo primero es que te dejen nacer y que te dejen morir. Evidentemente nadie pide al final de la vida medios extraordinarios. Y todos estamos de acuerdo en que un enfermo terminal debe estar atendido para evitar dolores y estar tranquilo.

Hablaba de un segundo nivel. Vivir, y hacerlo con dignidad. Es decir, que la persona pueda satisfacer sus necesidades básicas de alimento, vestido y vivienda, acceso a la sanidad y a la cultura, al trabajo, sin ningún tipo de discriminación por razón de sexo, religión, enfermedad… Es decir, que sean respetados los derechos humanos fundamentales. Vivir y vivir en dignidad.

Ayer, por cierto, y hablando de dignidad humana, celebraba Caritas en Madrid su jornada de lucha conta el paro. En el cartel están los datos básicos.

Pero decía también a mi gente que uno, como católico, entiende que la vida plena no se alcanza sólo por vivir y disponer de lo necesario para desarrollarse como persona. Uno alcanza el vivir pleno cuando ha descubierto la grandeza de vivir en Cristo. Cuando  Cristo habla de pasar de la muerte a la vida no se limita a fácil identificación de muerte con paro, guerra, odio, pobreza. Habla de que lo que mata al hombre es el pecado, el abandono de Dios, y lo que nos hace vivir es la entrega a Jesucristo: “«Dios, que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, y estando nosotros muertos por nuestros pecados, nos dio vida por Cristo: de gracia habéis sido salvados» (Ef 2,4-5)”.

Generalmente, cuando hablamos de muerte y vida, nos quedamos en el nivel intermedio: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento. Desgraciadamente hoy se hace imprescindible un nivel primero cuando en España se producen más de 110.000 abortos anuales. Por eso digo que lo primero es nacer.

Y hay que llegar al tercero. Anunciar la vida en Cristo, porque sólo el que vive en Cristo vive del todo, vive plenamente, vive viviendo para la vida eterna.

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5 respuestas a Lázaro: apostar por la vida

  1. celia dijo:

    En mi modesta opinión, lo primero es la libertad.

    saludos de una paisana

  2. Ana dijo:

    El derecho a la vida es primordial, y a partir de ahí conseguir los demás derechos. Porque ¿de que sirven los derechos a vivienda, alimentación, educación , si lo primero que les quitan a algunos es el derecho a nacer?
    Saludos
    Ana

  3. Maria Luisa dijo:

    Al leer tu post, me remití a una frase bastante conocida en el mundo filosófico:”Cristo, el hombre , el mundo, están vinculados por un destino común”

    Y es así que lo veo reflejado en los tres niveles que tan claramente especificas:

    No hay hombre sin mundo: derecho a nacer y a vivir ; (primer nivel); no hay hombre sin prójimo: ayudar a vivir con dignidad. ¡Significativo cartel de Cáritas!:(2do nivel): no hay hombre sin CRISTO, (tercer nivel) el destino último de la vida, no se puede percibir sin el amor y el poder de Cristo , presentes en la resurrección de Lázaro. Apostamos a la vida cuando “Anunciamos la vida en Cristo, porque sólo el que vive en Cristo vive del todo, vive plenamente, vive viviendo para la vida eterna” Un fuerte abrazo:María Luisa

  4. Betsi dijo:

    Bendiciones Jorge !!

    «El Evangelio de la vida está en el centro del mensaje de Jesús. Acogido con amor cada día por la Iglesia, es anunciado con intrépida fidelidad como buena noticia a los hombres de todas las épocas y culturas»
    (Evangelium Vitae, 1).

    A todos:

    En cada aborto se elimina irremediablemente el Espiral de la Encarnación. Toma conciencia de que eres «otro Cristo», llamado desde antes de tu concepción a ser profeta de las naciones en esta época histórica.

    Jesús continúa encarnándose en la historia hoy y siempre: Como Jesús se encarnó en María por obra del Espíritu Santo, hoy se hace carne en ti por la acción del mismo Espíritu.
    En la Eucaristía revivimos la muerte salvadora y la resurreción liberadora de Jesús: Morimos con Jesús al recharzar el pecado y reconciliarnos con Dios. Estamos llamados a proclamar que está vivo.
    ¡Siempre es Pentecontés porque el Espíritu de Dios habita en nosotros!: Como cristianos debemos reflejar a Dios en nosotros y llevar al mundo la buena noticia de Jesús.

    Seamos siempre miembros activos del Cuerpo de Cristo en la tierra, para que continuemos su misión de extender el Reino de Dios en los ambientes en que nos movemos.

    Jorge, gracias por los tres niveles, son amor en acción.
    Dios los bendiga a todos !!
    Betsi.

  5. Blanca dijo:

    “«Dios, que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, y estando nosotros muertos por nuestros pecados, nos dio vida por Cristo: de gracia habéis sido salvados» (Ef 2,4-5)”.

    Un abrazo

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