Iglesia democrática

Nunca he entendido la democracia como valor absoluto. Es más, creo que no es más que un medio, y no perfecto, para el gobierno de las cosas. Por eso me resulta chocante leer en algunos sitios que es que la iglesia no es democrática. A mí que la iglesia sea democrática o no me importa exactamente un pimiento y además de los baratos. Lo que me interesa, lo que busco y lo que pido es que sea fiel a Cristo.

La Iglesia tiene sus cauces de participación a distintos niveles. Existen asociaciones y agrupaciones de fieles con su forma de funcionar y vivir. Consejos de pastoral y economía en las parroquias. Sínodos diocesanos y universales, concilios, colegios de consultores, una forma determinada de elegir al sumo pontífice. ¿Qué no es exactamente democrático o asambleario como tal vez podría ser? Ni falta que hace. Un obispo no es más santo ni mejor pastor porque lo elijan los fieles en listas durante un fin de semana. Además, si creemos en el espíritu santo, ya se encarga la tercera persona de la trinidad de velar en cualquier caso para que los disparates sean mínimos.

La Iglesia tiene marcada por la escritura, la tradición, el magisterio y el derecho canónico su forma de funcionamiento. Y lo que uno pide es que se funcione exactamente como ahora está marcado, y que si hay que revisar las formas se revisen en el modo y la forma que sean los correctos. Tampoco es tan difícil de comprender.

También me han dicho en ocasiones que el blog no es democrático. Ni lo he pretendido nunca ni falta que hace. Es un blog escrito por un sacerdote desde una parroquia, que habla de las cosas de Dios y de la vida desde lo que la Iglesia enseña y pide, sin más pretensión que animar a mis lectores a amar mucho a Cristo y a la Iglesia. Por otra parte, ¿que entender por un blog estrictamente democrático? ¿Qué cualquiera puede llegar al blog, escribir lo que le dé la gana, meterse con lo que sea, poner verde a la Iglesia, insultar al papa y hay que aguantarse y publicarlo? Pues va a ser que no. El blog lo administra servidor y si hay comentarios que no me parece oportuno aprobar pues no los apruebo. ¿Eso es censura? Es claridad en el funcionamiento. Al que le guste bien, y al que no, pues se siente.

Hacemos de la democracia el valor absoluto, como si la decisión de una mayoría fuera garantía de perfección absoluta y acierto en lo elegido. Hitler fue elegido democráticamente, no lo olvidemos. Y un referéndum sobre la existencia de Dios en el que ganara el NO por goleada no llevaría a su desaparición.

No necesito ni quiero como algo fundamental una iglesia democrática. Quiero una iglesia fiel a Cristo, unida bajo el pastoreo de Pedro y los obispos, que anuncia el mensaje de Cristo como lo ha recibido de la tradición de veinte siglos, santa y pecadora, una, santa, católica y apostólica. Pues hay gente que entiende que cuanto más democrática y asamblearia, más fiel a Cristo. Pues Cristo eligió a quien le dio la gana, nombró a Pedro porque quiso. Los apóstoles tampoco eran especialmente asamblearios en su toma de decisiones. Pablo ni te cuento.

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19 respuestas a Iglesia democrática

  1. dolega dijo:

    jajaajjaj perdona las risas, pero es que el verano te sienta muy bien.
    Genial entrada. Tienes toda la razón. La democracia es el mal menos malo para el gobierno de las cosas.
    ¡Imaginate un referendum en una isla canibal sobre si comerse al turista ó no!
    En cuanto a lo del blog, ,lo susbribo de pe a pa. El blog es tuyo,hablas de lo que quieres, es como tucasa y una asu casa deja entrar a quien quiere y punto.
    Besazo y felicidades.

  2. karmenfl dijo:

    Ha dado usted en el clavo. «Hacemos de la democracia el valor absoluto, como si la decisión de una mayoría fuera garantía de perfección absoluta y acierto en lo elegido.». Así es exactamente, a la masa le dicen «democracia», y hay que hacer poco menos que una reverencia. No obstante, todos sabemos que no siempre las opciones de una mayoría son las más sabias. ( o si no , de qué iba a seguir en antena programas como «sálvame»…)

  3. Alvaro dijo:

    Es que no tiene sentido que la Iglesia, ni en general cualquier organización distinta del estado mismo, sea democrática.

    Sí tiene sentido que el Estado mismo sea democrático puesto que es el órgano que promulga leyes vinculantes para todos los ciudadanos y, por tanto, es lógico que sea elegido entre todos de modo que su composición refleje el sentir mayoritario del pueblo a quien se van a aplicar las leyes que de él emanen.

    Pero al hablar de cualquier organización privada, el derecho democrático que asiste a los usuarios es estrictamente el de aceptar sus normas y entrar, o de no hacerlo y quedarse fuera, cosa que aplica tanto a la Iglesia como al blog.

    Un saludo.

  4. loly dijo:

    no lo oyes pero es un aplauso.

  5. fernando dijo:

    ¡¡¡ AMÉN!!!
    Los que alardean de democracia dicho sea de paso, la quieren sólamente para difundir sus ideas y como medio de llegar al poder, una vez en el poder, lo de la democracia se les olvida por completo como por arte de magia.
    ¡Animo que todavía quedamos muchos fieles a Cristo y a Su Iglesia!.

  6. JoseAntoniO dijo:

    Le cito, con su permiso :»Hacemos de la democracia el valor absoluto, como si la decisión de una mayoría fuera garantía de perfección absoluta y acierto en lo elegido. Hitler fue elegido democráticamente, no lo olvidemos. Y un referéndum sobre la existencia de Dios en el que ganara el NO por goleada no llevaría a su desaparición». Y no digamos el aborto, la eutanasia, la EpC, y todo lo que se tercie.
    Es idolatría, creo yo, del culto al hombre, el pecado de Satanás, la soberbia, muy masón.
    Todavía no entiendo cómo la Iglesia – C. Tarancón – fué tan proclive a que los partidos políticos no repitieran en la transición el modelo de la CEDA del C. Herrera Oria. ¿Tan malo sería?
    Lo que está claro es que un católico en el PSOE es como agua en aceite, y en el PP – o PPOE -, se vuelve transparente, se pone de perfil.
    Está claro que la democracia no es un buen sistema de gobierno. Una dictadura, tampoco, aunque ocasionalmente puedes tener suerte. ¿Tendremos que elegir siempre entre una pulmonía y un cáncer? Aclaro : dentro del mal, el menos malo.
    Saludos.

  7. José Ronaldo dijo:

    Upsss….este es un tema por demás interesante y proclive al «tiqui taca» (como en forma humorística se ha dicho de vuestra selección de fútbol). De acuerdo, nos guste o no, lo entendamos o no, la Iglesia No es una democracia. Pero…creo que (y hablo desde mi vivencia de feligrés de América Latina) si debería estar totalmente abierta a crear espacios de participación y compromiso laical. Aquí – concretamente en mi país, Guatemala – existe el modelo de «Consejos Parroquiales – como forma de funcionamiento administrativo/pastoral de una parroquia determinada. Pero son muy frecuentes los casos en donde «el tal consejo», es una cuestión casi eufemística, pues quien decide, ordena, pauta…es el cura párroco. ¿reflejo de una formación ministerial específica? ¿reflejo de una feligresía infantilizada, y no comprometida? Probablemente, una combinación de ambos elementos.
    Si es cuestión de los curas…pues habría que revisar el «pensum de estudios» de los seminarios (aunque claro…hay mucha gente de «nace» mandona). Si es cuestión de la feligresía, pues quien «dirige» debe tomar una postura pedagógica y capacitar a sus dirigidos para ir tomando de manera secuencial, atribuciones y responsabilidades.
    Por otro lado – y como elemento que deberá se analizado y expuesto de modo más amplio – lo que probablemente nos moleste a los laicos seglares no es tanto la estructura de jeraquía (y por consiguiente, toma de desiciones) de la Iglesia, sino la poca participación que ordinaria e históricamente se nos ha dado. ¿Cuándo se decidió que el hecho de ser cura era la única pauta que legitimaba el acceso a la jerarquía de la Iglesia?

    • Alvaro dijo:

      Imagino que se hace necesario diferenciar entre la estructura de la Iglesia (jerárquica y con Cristo a la cabeza) de los mecanismos que en un momento u otro puedan emplearse para la toma de determinadas decisiones (que habrá momentos en los que se vote, como por ejemplo al elegir un nuevo Papa, y momentos en los que se mande, pues para eso los sacerdotes han hecho su voto de obediencia).

      El cuándo emplear un modo u otro de proceder es algo que aparenta ser peliagudo, pero principalmente para quienes no examinan la cuestión con los ojos de la Fe.

      En cuanto la Fe entra en juego, se ve claramente a Cristo como la cabeza de la Iglesia y a su Espíritu actuando en ella desde esa cabeza, con una forma de operar que debe ser necesariamente jerárquica cuando su acción deba extenderse por distintos niveles de la jerarquía (mediante la obediencia) y asamblearia cuando la decisión concierna a un único nivel (como en el caso del Papa, que es sólo el obispo de Roma, «primus inter pares», «primero entre iguales»).

      Así pues, la acción «natural» del Espíritu en la Iglesia es «de arriba a abajo», desde la cabeza hacia los miembros, atravesando toda la jerarquía.

      Obviamente, esta no es la única forma en que actúa el Espíritu, ya que no han sido pocas las veces en que ha operado en sentido contrario, a menudo en la forma de nuevos carismas de los que han surgido movimientos, congregaciones e incluso órdenes religiosas, que han acabado encontrando su sitio en la jerarquía en posiciones superiores a las que tenían en origen.

      Aun así, estos movimientos no se manifiestan como oposición al orden jerárquico como tal, sino en todo caso en la forma de vías alternativas que se proponen para la vida religiosa (a veces no exentas de una parte de denuncia de las existentes, todo sea dicho), pero siempre integrándose en la Iglesia institucional al recibir finalmente el placet de esa misma jerarquía.

      Así, cuando hablamos de la participación de los laicos es necesario tener esto en cuenta, ya que sería un error tratar de imponer sus voluntades particulares a la jerarquía, «de abajo hacia arriba» y en contra de la acción natural del Espíritu que fluye por esa misma jerarquía en sentido contrario.

      Así pues, si bien es lo correcto que los laicos dispongan de vías por las que hacer llegar sus inquietudes, propuestas o necesidades a la jerarquía, también es necesario que reconozcan las limitaciones de las decisiones que puedan surgir de sus asambleas, y que acepten aquellas decisiones que les puedan venir dadas, aunque les contraríe.

      Como reflexión final, y puesto que se habla de «democracia» que es terminología política, podríamos plantear la cuestión en esos mismos términos, planteándonos dónde reside la «soberanía» de la Iglesia: ¿es «la Iglesia de Cristo» o «la Iglesia de los laicos»?.

      Creo que, una vez respondida esta cuestión (necesariamente a la luz de la Fe), quedará respondida a su vez la cuestión del origen y el sentido de las decisiones que en ella se tomen.

      Un saludo.

  8. jose ramon dijo:

    Creo firmemente que la mejor manera de destruir a la iglesia es no hacer absolutamente nada,podemos decir que es una institucion que»se marca sola»,la autentica verdad es que dios no existe pero es un gran negocio.Por lo menos lo es para los gestores del catolicismo.
    Espero que se publique este comentario.
    Gracias

    • Alvaro dijo:

      Pues claro que la Iglesia «se marca sola»: es lo lógico, puesto que pertenece a Dios y no al Mundo, de modo que el Mundo la reconoce como distinta y la rechaza. Eso está escrito y se cumple puntualmente.

      Pero también está escrito que Cristo prometió a la Iglesia que «las fuerzas del mal no prevalecerán sobre ella», extremo que también lleva unos dos milenios cumpliéndose puntualmente.

      Así que mejor espere sentado, que hay Iglesia para rato.

      Un saludo.

  9. carolgar dijo:

    Suscribo totalmente el comentario de D- Jorge.Muy bueno.Cada dia me gusta más este blog.Me alegro de haberlo encontrado por casualidad.Un saludo

  10. EL CURA
    En la tiniebla lóbrega y lluviosa
    De una noche cargada de presagios
    Camina por calleja tenebrosa
    El cura recitando sus trisagios.

    Acaba de asistir a un moribundo
    Y ya le espera aviso de otro trance,
    Solitario piensa meditabundo,
    Haciendo de su vida fiel balance.

    No cuenta los esfuerzos ni las prisas
    Ni las horas consumidas bendiciendo,
    Noche y día su iglesia conduciendo.

    Cuenta por el contrario las sonrisas
    De los pobres que siempre fue atendiendo
    Y de su ángel que le sigue, sonriendo.

    AMDG
    Y luego dicen que la Iglesia es cara.

  11. Buenos días, leer los comentarios me agrada, pero cuando encuentro comentarios impertinentes me impacienta, ¿cómo una persona que afirma que Dios no existe tiene la osadía de entrar a un blog escrito por un sacerdote y encima exigir que se publique su necedad? Cito: \”la autentica verdad es que dios no existe pero es un gran negocio.Por lo menos lo es para los gestores del catolicismo\”. Me gustaría preguntarle a ese señor ¿usted es dueño de la verdad? ¿cuál es el negocio? ¿Quiénes son los gestores del catolicismo? ¿cuántas horas trabaja usted? ¿Cuántas emplea metido en un bar hablando de los demás? ¿Cuántas veces ha visitado o se ha involucrado en actividades en pro de los más necesitados? ¿cuántos orfanatos visita o atiende usted? ¿Usted sabe leer, sabe analizar un texto, sabe buscar la verdad ajena, no la suya? ¿Conoce a fondo la labor de la iglesia? ¿Sabe cuántos misioneros católicos han abandonado a sus familias, países y comodidades para irse a atender a niños huérfanos, a gente que muere de hambre? Conocí a un sacerdote belga que vivió la angustia y el hambre de dos guerras y que se formó como sacerdote para atender a la gente, abandonó su país y vivió por 37 años en una población venezolana donde invertía hasta el último céntimo que le enviaba su familia, quien construyó colegios, iglesias, comedores con dinero no sólo aportado por la comunidad sino por su propio peculio; esos son los gestores del catolicismo, personas que están llenas de Dios y no tienen tiempo para ocuparse de resentidos ni amargados que insultan sin respetar la fe de otros. Si usted no cree en Dios pues ese es su problema, pero no insulte a quienes dedican su vida a ayudar a otros y si no lo cree, investigue, acérquese, hágalo algo, sino por los demás por lo menos por usted mismo.

  12. Pedro Muñoz dijo:

    A la entrada de una academia militar en Estados Unidos hay un lema que dice «El ejército no es democrático», como en España muchas instituciones, no tienen por que ser democráticas. La Iglesia de Cristo busca el reinado del otro mundo para nosotros. En el otro mundo encontraremos la democracia verdadera

    • Alvaro dijo:

      De acuerdo con lo primero, pero no con lo segundo.

      La democracia puede considerarse que es, como mucho, el menos malo de los mecanismo de gobierno accesible a las personas imperfectas en un mundo imperfecto.

      Pero «el otro mundo» no es este mundo imperfecto, sus habitantes no sobrellevan la imperfección de la carne mortal, y su Rey (pues es un Reino, no una democracia) es Perfecto. ¿Qué sentido tiene lo «menos malo» ahí?

      Un saludo.

  13. Al Neri dijo:

    Más de acuerdo no puedo estar. Además una de las diferencias clave (aunque no se suele destacar) entre protestantismo y catolicismo es ese concepto de Iglesia democrática, que los primeros entienden en plan asambleismo patatero. La Jerarquía es un concepto fundamental para nosotros los católicos y es algo muy anterior a los inventos estos de anteayer de la democracia parlamentaria. El que quiera «modernizarse», que se largue con los evangélicos.

  14. JoseAntoniO dijo:

    Me acuerdo ahora de la narración del eden y del pecado original. Creo que Satanás parecía más bien asambleario, ¿no? O eso quería hacer creer a nuestros ancestros, que toda opinión es igualmente válida.
    Luego quedó demostrado que el Edén era Jerárquico, también, lo que es normal. El que plantó la vid es el dueño, el que aportó el trabajo y el lagar, y el más listo, y nosotros sólo los arrendatarios.
    Saludos.

  15. Ana azul dijo:

    Sin llevar las cosas al totalitarismo absoluto, no creo que yo que el hecho de ser demócrata sea lo mejor del mundo. La iglesia tiene sus normas, y sus leyes, y ante eso, y mientras no se coarten los derechos no hay nada que discutir.
    Beso
    Ana

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