Te falta valor. Pero te quedas con unas ganas…

Lo de “te falta valor” era una de las frases favoritas de mi madre. La soltaba en esos momentos en que te quedas con ganas de decir o hacer algo que sería justo y necesario, y que aclararía las ideas de algunas personas, pero que a final prefieres callar por no liarla.

Miren que es pesadita la cantinela de la Iglesia a la sacristía y la fe algo estrictamente privado. Hace unos días lo volvía a recordar la consejera de educación de Asturias. Se repiten más que el ajo, la morcilla y el pepino juntos. Curas, monjas, frailes, católicos… a las catacumbas, a vivir su fe en el ámbito de lo privadísimo, y a dedicarse a rezar y a decir a la gente que sean buenos para que puedan llegar al cielo. Lo demás, ya se sabe, es cosa de la sociedad civil.

Cada vez me entran más deseos de que eso se hiciera realidad algún día. Me da por soñar y me imagino una sociedad española donde efectivamente curas, monjas y frailes se dediquen solo a rezar y a mantenerse dentro de los muros de sus iglesias y conventos, acompañados por los fieles que lo deseen en la misa, el rezo del rosario, las devociones privadas y los dulces coloquios espirituales. Y nada más. La calle, lo público, en manos de la autoridad civil.

Una sociedad en la que de la noche a la mañana se cerrasen los 6.041 centros de enseñanza, con 1.370.000 alumnos gestionados por la iglesia, especialmente por órdenes y congregaciones religiosas, los 87 centros hospitalarios, 55 ambulatorios, 831 casas de ancianos y minusválidos y 433 orfanatos y guarderías. Mucho mejor que todo sea gestionado directamente por las administración. Costará muchísimo más dinero, pero será laico, que es de lo que se trata.

También sería bueno, en aras del triunfo de la laicidad, que los casi tres millones de personas atendidas en Cáritas cada año se dirigieran directamente a sus ayuntamientos demandando ayuda social. Se acabó eso de que la caridad sea monopolio de los meapilas. Un estado que funcione correctamente debe ser capaz de echar una mano a los más débiles sin que tengan que humillarse acudiendo a los despachos de Cáritas.

Como Iglesia, incluso, suprimiría todo tipo de culto público, desde la Semana Santa a la romería del Rocío, desde la ofrenda floral a la Pilarica al Corpus de Toledo. Todo laico.

A veces echo en falta cuando tantas cosas hay que negociar con el estado y además recibimos los católicos tantos y tantos escobazos de los lugares más insospechados, simplemente poner estas cosas sobre la mesa. ¿Qué hay problemas para entenderse, que cada día tenemos que ceder más? No pasa nada. Se pone una fecha y a cerrar colegios, ambulatorios, centros de Cáritas, y desde ese mismo momento todo el culto católico dentro de sus templos sin absolutamente nada en lo exterior. A ver si de una vez se dan cuenta de lo que sería eso.

No. Tranquilos. Jamás haremos nada de eso porque sabemos lo que es la fe, las necesidades de la gente, la responsabilidad de colaborar con un mundo más justo y el mandato del Señor. Pero seguro que me entienden cuando digo que nos falta valor, pero que te entran unas ganas…

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6 respuestas a Te falta valor. Pero te quedas con unas ganas…

  1. Tiene toda la razón, y en mi opinión se queda corto. No puede entenderse la cultura occidental sin tener como referencia a la religión católica. Voy a poner un ejemplo concreto.

    Hace unos meses vino a visitarme familia de León, como no podía ser menos les llevé al Museo del Prado. Entre esa visita había niños pequeños que han nacido y crecido en una sociedad un poco más «laica» que nosotros que ya tenemos cierta edad. Llegamos a un cuadro, concretamente este:

    El Ángelus de Millet, para ellos no tenía ningún sentido porque no sabían lo que estaban haciendo, no entendían la actitud de los personajes y obviamente es difícil que puedan entender el mensaje subyaciente de la obra.

    Bueno, en cualquier caso, lo que se deja entrever quien defiende esas posturas es que los católicos no somos sociedad civil, como si no existiéramos. Aquí cualquiera puede manifestarse, mareas verdes, blancas et al, pero que los católicos salgamos a la calle, de eso nada. En el fondo, quien piensa así, nos considera ciudadanos de segunda, así de simple.

  2. Cuánta razón Padre Jorge. Cuántas cosas no habría callado Cristo si la misión de su paso por la tierra hubiera sido mundana.

  3. Blanca dijo:

    Amigo Jorge: Una vez más me solidarizo contigo….
    Todos saben lo que hace la Iglesia en estos momentos… Pero tal vez quieran contentar a todos y buscar votos, donde si no ofenden a la Iglesia no les iban a encontrar… Pero TODOS…..Los unos y los otros bien saben que CARITAS está dando de comer a mucha gente….Que los Hospitales y Residencias geriátricas llevados por la Iglesia, están dando algo que hace que digan cuando faltan por falta de vocaciones y se ha retirado una Comunidad Religiosa:”ESTOS LO HACEN BIEN, CUMPLEN SU HORARIO, PERO CON LAS HERMANAS ERA OTRA COSA, ESTOS TRABAJAN PORQUE VIENEN A BUSCAR EL SUELDO Y LAS HERMANAS LO HACIAN POR AMOR A DIOS Y NO TENÍAN HORARIO….Estas palabras escritas con musculas, las he oído yo en un geriátrico donde fui a hacer una visita…
    Un abrazo

  4. José Ronaldo dijo:

    Mmmmm…¿dónde están los católicos realmente evangelizados, los que – dada la naturaleza de su estado – deberían actuar consecuentemente «empapando» de valores y criterios cristianos el mundo empresarial, comercial, educativo, artístico, deportivo, económico, académico…y político?
    Porque allí, en tales lugares, y no encerrados en los templos, es donde nos quiere el Señor. Es en tales instancias mundanas, en donde nos corresponde construir el Reino de Dios, en donde nos toca ser Iglesia.
    A los curas, los religiosos y a las monjas les corresponde otro ámbito de compromiso y acción.
    Bien se ve que lo expresado en la «Apostolicam actuositatem» y más explícitamente en la «Christifideles laici», nos sigue siendo abrumadora y totalmente desconocido; y si es conocido, absolutamente ignorado, acompañado todo de una enorme dosis de «falta de valor».
    Ergo: no despotriquemos contra esta señora ministra.

  5. JoseAntoniO dijo:

    Pues igual que se han metido en el cerebro el mantra de la religión a la sacristías, ahora que se lo saquen.
    Doce millones de asistentes a la Misa. Más que votantes en las elecciones generales a ningún partido político. Somos personas y lo mismo que tenemos órganos reproductores, tenemos sensibilidad espiritual. ¿Alguien sale sin dichos órganos a la calle? Lo veo difícil….
    Pues el espíritu lo tenemos más dentro todavía. Es inextirpable, aunque muchos hayan intentado amputárselo.
    Muy cortito: que se pongan el mantra al revés. O vamos con todo a la calle, o no vamos con nada.

    De colores -se tenían que poner, por las memeces que dicen….

  6. Juan dijo:

    Hola, Jorge
    Pienso que todo lo que ha dicho es correcto, aunque solo ha hablado de lo visible, porque, esto, es como el iceberg, que solo se ve la tercera parte del volumen. Porque los cristianos, pocos o muchos, estamos integrados en la sociedad, y con nuestro hacer, conforme a la doctrina de Nuestro Señor, elevamos el pH de la sociedad, para que sea menos ácida, a la vez que la endulzamos y, por qué no decirlo, la engrasamos también, de forma que funcione mejor.
    Todo cristiano comprometido, cuando se levanta por la mañana, lo primero que hace, es ofrecer el día al Señor y pedirle que le ayude a alcanzar la perfección en todo. Desde ser respetuoso, amable, honesto, etc., con el prójimo, hasta ser eficaz y eficiente en su trabajo, pasando por todos los colores que componen el arco iris de la moralidad cristiana.
    La cuestión es que, sin pretenderlo, somos la mosca cojonera de la clase política. Tanto de los que saben crear riqueza pero no saben repartirla, como de los que no saben generar riqueza, repartiendo solo miseria, e incluso, llegando a privar al hombre de la dignidad, de la que fue investido por Dios, en la Creación, al diferenciarlos de los animales.
    Si todos fuéramos cristianos auténticos, se resolvería, de forma inmediata, el mayor reto que tienen las sociedades occidentales: el reparto de la riqueza.
    A los científicos e ingenieros les debemos la creación masiva de riqueza, no sin costes, claro. Pero, la cuestión que acucia a esta sociedad es…, si el trabajo, hasta ahora, único mecanismo válido de reparto de riqueza, cada vez más escaso, está llamado a ser el privilegio de unos pocos, ¿De qué mecanismos nos valdremos para conseguir un reparto justo de la riqueza que somos capaces de generar? Solo la generosidad, la negación de uno mismo en pos del necesitado, en equilibrio con el justo respeto al derecho de propiedad, podrán resolver tan importante interrogante. Y eso es como decir, que el futuro de la sociedad, si queremos que sea esperanzador, pasa por aplicar la doctrina de Jesús, lo cual levanta muchas ampollas.
    Por otro lado, no es nada nuevo que nos quieran silenciar o apartar de la sociedad. Esto nos debería «alegrar», pues es el mejor indicativo de que el mensaje de Jesús sigue removiendo conciencias, sin dejar impasible a nadie. La fuerza del Amor asusta al que no lo conoce.

    Paz y bien en el Señor

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