Treinta años de cura y me dicen que no he entendido nada

La verdad es que el reencuentro con viejos conocidos es algo fantástico. Llevaría sin ver a Pepi y Mario lo menos diez años. Lo que son las cosas. Llaman a la puerta del despacho, y mira por donde ellos dos. Viejos conocidos de antiguas andanzas pastorales.
Colaboradores en alguna de las parroquias donde estuve hace años.

Abrazos, besos, risas… pero bueno… pero qué alegría. Esas cosas. Poco dura la alegría en la casa del pobre. Porque todo eran reproches: vaya parroquia que habéis construido, menudo edificio, habrá costado una pasta, los pobres, la crisis. Venían de dar una vuelta y se habían encontrado con la capilla de la adoración perpetua. Vaya por Dios, más reproches.
Yo que estaba tan feliz de ver a dos viejos parroquianos y la que me cayó encima. Porque claro, la cosa comenzó por lo de estar con los pobres pero continuaba con el tipo de pastoral que se hacía. Para ellos cosas como una capilla de adoración perpetua no es que estén mal, eso no, pero no dejan de ser el reflejo de cosas pasadas, superadas, que hoy no sirven.

Escuché un fantástico sermón sobre estar con los pobres, solidaridad, la nueva forma de hacerse presente en este mundo, el diálogo, la nueva Iglesia, la apertura al mundo. La conclusión la que ya me sé: que hay que estar con los pobres, y que una Iglesia que no vive en solidaridad con el desvalido no es la Iglesia de Jesús.

Tímidamente argumenté que Cáritas funciona bien, sus múltiples proyectos y voluntarios. Incluso, pobre de mí, se me ocurrió decir que este fin de semana nos tocaba operación kilo en un hipermercado y que si nos querían echar una mano. En buena hora. Porque además de lo de pastoral poco encarnada y actualizada me dijeron que eso es asistencialismo y que aquí se trata de devolver al pobre su dignidad de hijo de Dios, cosa a la que no tengo nada que reprochar.

Yo tengo un problema: mi tendencia a responder a las dificultades con un qué hacemos. La teoría me pierde. Así que acabé diciendo que no sé qué entendían por pastoral actualizada, opción por los pobres y presencia en el mundo, pero que si me lo explicaran con ejemplos concretos quizá pudiera llegar a comprenderlo. Por ejemplo, en la comunidad a la que pertenecen qué pastoral hacen y qué acciones llevan a cabo. Por ejemplo, cómo estaban concretando su presencia evangélica en el mundo. Pero que sobre todo me interesaba eso de la opción por los pobres exactamente cómo lo iban haciendo realidad, mayormente por la cosa de aprender.

Se hizo un incómodo silencio, al cabo del cual Mario me dice: “este es vuestro fallo, que os creéis que se trata de hacer cosas, cuando es simplemente saber estar de otro modo. Jorge, estás perdiendo el tiempo. Treinta años de cura y no has entendido nada”.

Efectivamente. Nada de nada. Se fueron lamentándose por este cura perdido para la causa.

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10 respuestas a Treinta años de cura y me dicen que no he entendido nada

  1. Fernando González dijo:

    Me he quedado con las ganas de saber la respuesta concreta y práctica de las cosas que dicen.
    ¿O es que consiste en eso una teoría, una parrafada y problema resuelto?.
    Yo les diría aquello de que : Obras son amores y no buenas razones.
    Razones que por cierto esgrimen y no llevan a ninguna parte. Se puede ser más simple y tonto?, y perdone porque son unos conocidos pero es que hay personas que hacen cursillos acelerados de pura tontería.

    Fernando.

    • Jorge dijo:

      Eso de las palabras, no hacer nada y creerse que los demás son medio memos, está más extendido de lo que parece.

  2. Delia Barone dijo:

    Yo creo Padre, que lo esencial es el pastoreo de almas. cuando un Parroco uno sabe que esta ahí, en determinados horarios y cuenta con su presencia. Creo también que los parrocos se han olvidado de o importante de formar a los cristianos. Para los jóvenes en la edad de los conflictos, los matrimonios para ayudarlos a entender que lo primero es poner a Dios en el centro del hogar, para los viejos a llevar su vejez como una cruz que se ofrece, a que no es un estado donde se sienten a esperar la muerte, sino que mientras hay vida hay que vivirla y luego enseñar, poniendose al frente empujando o arrastrando a los que donan su tiempo para los apostolados.
    Pero comenzanr el día con la maravilla que es la adoración perpetua y voila! que maravilla los frutos de poner al señor en el centro de la vida… Yo creo que no se trata solo de aco´pañar o saber estar, ni llenarse de apostolados, es estar en una parroquia donde haya oración, pastoreando almas principalmente

  3. Delia Barone dijo:

    Para los párrocos que contemplan estas cosas, esta todo bien. Los que hablan de » lo que fué» como si la entrega y el compromiso estuviera pasado de moda, lamentablemente no estan respondiendo a la misión de pastores si no al mundo. Somos siervos de un Señor que no tiene tiempos, que es pasado presente y futuro, la doctrina es la misma y tal vez lo que no hemos comprendido es la necesidad de crecer y profundizar en ella. No hay que cambiarla ni modernizarla hay que comprometerse con ella, orar y adorar más.

  4. JoseAntoni0 dijo:

    Lo de la capillita de adoración, es como para deprimirse, la verdad, …no sé cómo se pueden llamar cristianos…bueno, así se llaman los protestantes….
    A ver si se equivocó, D. Jorge y los confundió con otros…., y éstos eran de Ayuda en Acción, que no digo yo que esté mal, que la ayuda es ayuda, pero que esos no ven a Cristo en los otros….
    Estos tienen la resaca de la progresía que interpreta a su aire el CVII.
    Yo creo que se les ha «pasao el arroz» y no se han dado cuenta. A mí también me gustan los Beatles a rabiar, pero reconozco que ese tiempo ya pasó.

    De Colores.

  5. José Martí dijo:

    La respuesta ha sido «genial». Cuando les dijo: «me interesaba eso de la opción por los pobres exactamente cómo lo iban haciendo realidad, mayormente por la cosa de aprender»…¡y se hizo el silencio!…En mi caso concreto, el silencio fue seguido por una carcajada… ¡y orgullo sano por la forma de responderles!… Habrá que tomar nota.

  6. José Ronaldo dijo:

    Este es un punto toral para hacer entendible y «creíble» nuestra fe en estos tiempos.
    Personalmente tengo tremendas dudas – y acepto que hasta prejuicios – respecto a estas cosas. Una Iglesia pobre: ¿qué significa ser una Iglesia pobre, una Iglesia que dé testimonio evangélico de pobreza? Adelanto sólo tres posibles criterios como punto de partida para promover una discusión:
    – que esté compuesta por «gente pobre»?
    – que las parroquias (incluyendo el Vaticano) renuncien a tener cualquier tipo de bien inmueble?
    – que los curas, párrocos y obispos acompañen (e incluso organicen) todo tipo de marcha o expresión pública organizada por «gente pobre» para protestar por….sus problemas de pobreza?
    Ojalá mis amigos y hermanos que participan es este foro nos ilustren con sus opiniones y puntos de vista. Hasta ganas me dan de poner aquí mi dirección electrónica para que todos aquellos que quieran ilustrarme y dar respuesta a mis inquietudes – que «curiosamente» son las misma del padre Jorge – lo hagan.

    • JoseAntoni0 dijo:

      No sé, es una buena pregunta, ¿qué son «los pobres»?
      Imagino que los que sufren, los tristes, los que no tienen salud, los que no tienen vida en Cristo, los que están solos, no porque lo estén, realmente, sino porque a lo mejor no saben que Dios les mira y les espera.
      Dios nos ama y es Padre también. ¿Usted no sufriría por un hijo enfermo, hambriento, triste, que se sintiera solo?
      Pues Dios sufre más, porque es infinitamente más sensible que nosotros y lo sabe todo de nuestra pobreza, nuestra soledad, nuestra hambre o nuestra enfermedad.
      ¿De quién estaría más pendiente un padre, del hijo que está jugando al fútbol con los amigos y pasándoselo bien, o con el pobre hijo enfermo que no puede moverse, que no puede ser feliz, o que no sabe ser feliz?
      Dios es Amor. El origen del Amor. La explicación del Amor. El ejemplo del Amor: el alfa y el omega. Nuestro origen y nuestro destino. Nuestro Padre y nuestro Hermano. Y quién nos envuelve en el abrazo santificante y vivificante del Espíritu de Cristo.

      Bendito sea Dios.

      De colores.

  7. María dijo:

    Soy una recien llegada a este blog, pero no me puedo contener e dejar unas ideas que practicamos en casa y en mi parroquia para concretar esa opción por los pobres y no quedarnos méramente en lo asistencial.
    Lo asistencial es muy importante, y mientras se van cambiando las cosas, es imprescindible, pero no podemos quedarnos en eso, porque sería algo a medias.

    En primer lugar todos nuestros ahorros a la Banca Ética: No regalan cuberterías, y el interés es bajísimo, pero no contribuimos a la banca convencional y al sistema tal y como está.
    Compra de todo lo que podemos de productores locales y en pequeño comercio, y en caso de tener que comprar en una gran superficie optar por Eroski (por ejemplo) que funciona como cooperativa y no en una S.A.
    Optar por comprar, siempre, el café, chocolate, etc, en las tiendas de comercio justo
    Participación en campañas de protesta y proyectos de cambio social, tanto a nivel personal como comunitario.
    Con las personas desahuciadas o en riesgo de serlo, además de la ayuda asistencial, ofrecerles asesoramiento legal y crear un grupo con el que poder negociar de forma unificada con las Cajas y Bancos.
    Además del servicio de búsqueda de empleo, se ofrecen desde Caritas parroquial cursos de formación gratuitos (por el momento solo cocina, servicio doméstico y ofimática) siguendo la idea de la caña y el pez.
    Comprometerse en las organizaciones que buscan el cambio social, presionando a la administración pública y a los bancos.
    Y en definitiva, trabajar no solo asistencialmente, sino intentando cambiar las estructuras de pecado que provocan esas situaciones de pobreza, y todo eso sin dejar de atender las necesidades concretas de quien se acerca a la parroquia.

    Como ejemplo muy concreto. Yo soy voluntaria de un PASE (Proyeto de Apoyo Socio Escolar) de Cáritas. Allí trabajamos con los niños, dándoles de merendar (supliendo carencias alimenticias) trabajamos la higiene (ya que no todos disponen de duchas en sus casas) y les ayudamos academicamente. Pero si nos quedáramos en eso, de poco serviría. Lo que queremos es cambiar la situación global de esos niños por lo que trabajamos en red con los maestros, pediatras y asistentes sociales, para ir transformando su realidad y que el día de mañana estos niños vacunen a sus hijos, los escolaricen, etc. Y para integrarlo en un ambiente diferente al barrio deprimido en el que viven, sacarlo a jugar a los columpios donde juegan los niños «pijos» de la ciudad, para que jueguen juntos, para que unos y otros se vayan reconociendo como iguales, y un largo etc.

    Siento haber escrito semejante parrafada, jaja, pero es que me duele que se viva como algo incompatible el trabajar intentando cambiar las estructuras de desigualdad con el trabajo asistencial puntual. Quedarnos solo con una de las dos opciones es como un pájaro que quisiera volar solo con un ala.

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